-I-
Diez citas
1.“Son coeur
est un luth supendu: sitôt qu´on le touche il résonne”(1)
2.“El artista
es el creador de cosas bellas. Revelar el arte y ocultar al artista
es la finalidad del arte”
3.“Jorge Duroy
salió del restaurante tras recibir de manos de la cajera la
vuelta de sus cinco francos…Una vez en la
acera, Duroy permaneció un
instante inmóvil preguntándose qué haría.
Se encontraba a 28 de junio y
solamente le quedaban tres francos con
cuarenta céntimos en el bolosillo
hasta final de mes. Esto representaba dos
cenas sin almuerzos o dos
almuerzos sin cena”
4.“Acabo de
visitar al propietario de la casa donde tengo mi domicilio, el
único vecino que vendrá a turbar mi
soledad…Y precisamente, el señor
Heathcliff y yo somos un par de solitarios
de temperamento muy
adecuado para vivir en esta región
desierta”
5.“Durante la
guerra federal de los Estados Unidos, se estableció en
Baltimore, ciudad del Estado de Maryland,
una nueva sociedad de
mucha influencia…Simples comerciantes y
tenderos abandonaron su
despacho y su mostrador para improvisarse
capitanes, coroneles y hasta
generales sin haber visto las escuelas de
West Point”
6. “En el
centro de la habitación, sujeto sobre un recto caballete, estaba el
retrato en tamaño natural de un joven de
extraordinaria belleza”
7.“A lo largo
de todo un pesado, sombrío, sordo día otoñal, cuando las
nubes se ciernen agobiosamente bajas en el
cielo, yo había ido cruzando,
solo, a caballo, por un terreno
singularmente lóbrego de la campiña. Y,
al fin me hallé, cuando las sombras de la
tarde iban cayendo, a la vista de
la melancólica mansión de los Usher”
8.“Me
entretuve en derredor de aquellas tres tumbas, bajo la bóveda celeste
plateada, acariciado por la suave brisa
que difundía aromas por el
campo. Medité entonces el hecho extraño de
que pudiera haber quien
atribuyera un descanso inquieto a los que
dormían su sueño eterno en
aquella tierra tan sagrada y tranquila”
9.“Las
condiciones mentales que suelen juzgarse como analíticas son, en sí
mismas, muy difíciles de analizar…Un caso
espeluznante y
tremendamente difícil de resolver, llevan
al joven Auguste Dupin a
mostrar sus increíbles facultades
detectivescas, su gran mente
deductiva y analítica”
10.“Al entrar
encontraron, colgado de la pared, un espléndido retrato de su
amo, tal como lo habían visto
últimamente, en toda la maravilla de su
exquisita juventud y de su belleza.
Tendido sobre el suelo había un
hombre muerto…Estaba ajado, lleno de
arrugas y su cara era
repugnante…”
(1) “Su
corazón es un laúd suspendido: apenas lo tocan resuena”
-II-
Mi tesoro
Mis padres alquilaron la
casa al final del verano. Era una casa típica de pueblo extremeño, con dos
plantas. Abajo, las habitaciones a ambos lados de un largo pasillo que daba al
corral, donde se encontraban la cocina y la cuadra. En la segunda planta, había
dos estancias, una a cada lado de la escalera. la de la derecha era el típico
sobrado dedicado a almacén de paja y piensos para los animales. La de la
izquierda, servía de trastero. En ella se amontonaban toda clase de cachivaches
y objetos varios ya inservibles. Yo tenía dieciséis años y estaba estudiando el
bachillerato en la ciudad.
No llevábamos ni un año
viviendo en la casa cuando llegué a primeros de julio con las vacaciones de
verano. Tenía por delante tres largos meses para disfrutar de la libertad que
da el pueblo. Una mañana, después de desayunar, subí a la planta superior a
curiosear. Allí había de todo: trastos viejos, aperos de labranza, juguetes
rotos, muebles desechados...Y entre todo aquello, me llamó la atención una caja
de cartón atada con una cuerda de pita.
La estuve mirando largo
rato hasta que no pude resistir más la tentación y decidí abrirla. Desaté la
cuerda muy despacio, abrí las solapas y allí estaban ante mí. Eran libros, sólo
libros. Pero en ese momento de mi vida, ninguna otra cosa me habría producido
tanta alegría como el hallazgo de estos libros ya que una de mis mayores pasiones
por esa época era la lectura. Y, en contra de lo que ocurre en la actualidad,
por entonces, el acceso a los libros de lectura no era tan fácil, al menos para
una familia de clase humilde como era la mía. Hasta el colegio religioso donde
estudiaba, aunque pueda parecer mentira, carecía de biblioteca.
Comencé a sacarlos de la
caja con mucho cuidado, como si de un material frágil se tratara. A cada uno de
ellos les fui limpiando el polvo acumulado sobre sus tapas, mientras leía el
título y el nombre
del autor. Luego los
acariciaba como si de objetos animados se tratase. Eran en concreto seis libros
y, desde ese mismo momento, me prometí a mí mismo leerlos todos, uno por uno,
página a página, línea a línea. Y así fue. Ellos fueron mis primeros libros y, tal
vez por eso, quedaron tan grabados en mi memoria y en mi alma que, a pesar de
que luego he leído mucho a lo largo de mi vida, nunca me encontré con un libro
que me hiciera vibrar con su lectura como me hicieron vibrar aquellos seis
ejemplares. Ningún otro libro ha llenado mi ser de tantas emociones, de tantos
sentimientos como entonces. Y es que aquellos seis libros fueron y son mi
tesoro porque aún los conservo casi todos (me los regaló amablemente la dueña
de la casa).Y de vez en cuando los releo para recordar que hubo un tiempo ya
lejano en que la felicidad para mí consistía en leer, en sumergirme en
historias mágicas y maravillosas que me hacían soñar con otros mundos.
He aquí las piezas de aquel tesoro. Es posible que hayáis leído alguno de ellos
o tal vez todos. Y hasta puede que alguno no os parezca gran cosa. Pero para mí,
desde ese mismo instante, no hubo ya libros como estos:
1.Bel Ami - Guy de Maupassant (Ed. Círculo de Lectores-1970)
-Desde la primera página ya empezó a caerme simpático este tipo. Era
tal su desfachatez, sus ganas de comerse el mundo, que no se paraba en mientes
y no existía obstáculos por difíciles o delicados que fueran que le impidieran
seguir su camino hacia la gloria.
Aprovechando y jugando bien sus mejores cartas como eran la elegancia en
el trato o su imponente físico, consiguió ascender peldaños hasta alcanzar la
deseada cima que se propuso.
Jorge Duroy
(Bel Ami) fue, para mis 15 años, un
héroe. Un vividor, un pillo, todo lo que yo soñaba ser algún día, aunque sabía
con certeza que yo nunca sería capaz de actuar como él pues me faltaban todas
sus cualidades, desde el físico al descaro, desde el don de gentes hasta la
elocuencia. Aún así, soñaba en ser algún día como Jorge Duroy.
“Es esta
una novela extraña y sorprendente, de esas obras que se leen con interés, con
agrado y hasta con entusiasmo y admiración. Pese a los años que cayeron sobre
ella (editada como folletín en 1885), continua tan fresca y lozana como el
primer día”
(Cita
3)
2. Cumbres borrascosas-Emily
Bronte (Ed.
Rodgar-Barcelona-1969)
-Ya en las
primeras páginas de esta novela única y maravillosa, me enamoré yo de Catalina
Earnshaw, de Catalina Linton, de Catalina Heathcliff…Tres apellidos y una sola
mujer. Una mujer dura y romántica a la vez, como la novela. Delicada y fuerte como el páramo
donde habitaba. Su vida y andanzas me llegaron a lo más profundo de mi alma
sedienta de sensaciones. La novela me atrapó desde la primera página y ya no
pude dejar de leer.
Bendita señora Dean que se prestó a contar toda la
historia a su recién llegado inquilino, el señor Lockwood, hombre solitario
pero tan curioso que no paró hasta conocer todos los entresijos de las dos
familias vecina que habitaron tiempo atrás el solitario páramo de la campiña inglesa.
Cumbres borrascosas es la única novela que escribió
su autora, Emily Bronte. Pero, a pesar de ello, es una obra maestra reconocida
en todo el mundo y traducida a casi todos los idiomas que existen.
(Citas
4 y 8)
3.De la Tierra a la Luna-Julio Verne (Ed.Libra
S.A.-1970)
-Todo
empezó en el Gum-Club, un club de hombres emprendedores, decididos y capaces,
si se lo proponían, de alcanzar la Luna, como así fue.
Cálculos casi exactos, actividad febril e infinita
sed de aventuras hicieron de esta hazaña un portento de imaginación y sabiduría
por parte del autor, Julio Verne, consagrado ya cuando escribió esta epopeya de
navegantes estelares.
El regreso de tamaña aventura supuso uno de los
finales más emocionantes de la literatura de todos los tiempos.
(Cita 5)
4. El retrato de Dorian Gray-Oscar
Wilde (Ed.
Salvat RTV-1970)
La lectura de El retrato de Dorian Gray me produjo,
al comienzo del libro, una mezcla de sensaciones entre las que se pueden citar
la envidia, la pasión por la juventud y la belleza o el deseo vehemente de
poseer la elegancia y la cultura de los personajes retratados por el gran Oscar
Wilde. Pero, a medida que avanzaba por sus páginas, fui cambiando de parecer y
comencé a entender que todo aquello que no sea vivir en tu propia piel las
distintas etapas de la vida, las buenas y las no tan buenas, es una aberración
que nunca nos permitirá ser felices, como tampoco se lo permitió al
protagonista de la novela que terminó suplicando volver al estado normal que
debería tener de acuerdo con su edad. La belleza y la eterna juventud
terminaron por matarlo ya que ambas cosas vividas eternamente es algo
insoportable para cualquier mortal.
(Citas 2,6 y 10)
5. Narraciones extraordinarias-Edgar Allan Poe (Ed.
Salvat RTV-1969)
Edgar Allan Poe me deslumbró. Sus Narraciones
Extraordinarias lo son de verdad pues ellas me hicieron sentir auténtico miedo
en “La caída de la casa Usher”, intriga y ansiedad en “Los asesinatos de la Rue
Morgue”, angustia en “El pozo y el
péndulo”, tensión en “El corazón delator”…Todo un compendio de emociones
variadas que pocos libros han conseguido producir en mí.
(Citas
1,7 y 9)
6. Los Organillos (Les pianes mecaniques)-Henry Francois Rey-(Ed.
GP. Libros Reno-1969)
De este ejemplar no hay ninguna cita porque se
extravió y no lo recuperé, pero sí que conservo sensaciones inolvidables de su
lectura. Su protagonista, Vincent, viaja desde el sur de Francia a la Costa
Brava para pasar una temporada en Caleya. Y ya durante el viaje en coche se
respira la libertad y el desparpajo que serán ya la constante a lo largo de la
novela. Las fiestas, los romances, las pasiones conforman un relato
inolvidable. Con mi mirada de adolescente consideré esta novela como una joya
por todas sus licencias que, en aquella época de pleno franquismo, estaban
tildadas de libertinajes.
Como en otras muchas ocasiones, terminé enamorado
de la protagonista, Jenny. Una mujer liberal y divertida pero también
inteligente y culta, romántica y profunda. Lo tenía todo.